Didáctica Innovadora de la Actualización del Magisterio

Yolanda Campos Campos

http://www.camposc.net

yola@camposc.net

 

CAPÍTULO IX

¿Y qué de la evaluación?

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"El ser humano se experimenta a si mismo; sus pensamientos y sentimientos son como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de nuestra conciencia. Esta ilusión es como una cárcel que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto por pocas personas próximas a nosotros. Nuestra tarea debe consistir en liberarnos de esta cárcel, ensanchando nuestro círculo de compasión, para abrazar a todas  las criaturas vivientes y la totalidad de la naturaleza en toda su belleza."

Albert Einstein

 

  


 

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

 

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y además se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía  fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.  Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces  cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos.  La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.

¿Ocurre lo mismo con los seres humanos? Observen y lo comprobará. Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve densa y negativa. En cambio, cuando tratamos con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es ahí donde florecen los mejores logros humanos. Es fácil encontrar defectos. Cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias habilidades y no sirve de nada tener el don "X"...ser muy buenos para algo y no aprovecharlo al máximo poniéndolo al servicio de los demás. Una persona puede lograr ganar algunas carreras, pero un buen equipo logra realizar grandes maratones.

Documento circulado por correo electrónico 2000

 

La evaluación del aprendizaje

 

En mi primer curso sobre "Problemas contemporáneos de la ciencia y la filosofía" dirigido a profesores y profesoras de primaria en servicio, después de acordar el rediseño curricular escuche sorprendida la participación de uno de los actualizantes: - Si ya acordamos cómo vamos a trabajar, lo que queda es que no nos pases lista y nos pongas diez de calificación a todos- Me sentí realmente confundida, pues no esperaba esa petición. Por un momento pasaron muchas cuestiones por mi mente, ¿será que son flojos?, ¿me quieren tomar el pelo?, ¿se están burlando de mí por ser más joven que ellos?, .. pero al momento tome mi decisión y respondí - "Me parece magnífica la propuesta. Aquí está la lista, (fui diciendo el nombre de cada uno, señalando cómo anotaba yo el 10). Ahora que ya todos tienen 10, ya podremos trabajar sin el límite que impone el tener que aprender para sacar una calificación, nuestro curso será para aprender, para actualizarnos en los temas del curso y para disfrutar nuestro aprendizaje. Seguramente ninguno de ustedes espera que el 10 sea otorgado sin ganarlo, y todos trabajaremos con mucho empeño para que cada 10 sea realmente logrado, esto es, que hayamos cumplido con el 100 % de los trabajos acordados con la mayor calidad, revisando y corrigiendo los errores, de manera que la memoria final, esté formada por trabajos ya corregidos y de tal calidad que podamos presentarla con dignidad". Al término del curso, se comentó - ¡Trabajamos como nunca en la vida!- y es que realizamos trabajos extraclase, visitas a lugares de interés para el curso, investigamos, todo ello en una interrelación dialéctica actualizador - actualizante en la que todos participábamos.

Realmente fue una experiencia tan valiosa, que en cada nuevo curso, si no me lo proponen que todos quieren sacarse 10 de calificación, yo lo hago y por lo general, se acepta. Literalmente desobedezco las indicaciones oficiales de solicitar un porcentaje de asistencia, de poner retardos y de utilizar la lista y la calificación como armas para mantener a los actualizantes sentados y pasivos en los cursos, y a cambio, logro una asistencia mayor al 100%, una calidad en los productos de aprendizaje del 100%, los retardos son pocos y en cambio no hay descansos y algunas llegadas son antes y las salidas más tarde. Cuando algún profesor o profesora no ha llegado a esos estándares, ellos mismos se retiran del curso, o solicitan apoyo para dar más tiempo al término y sólo muy pocos aceptan una calificación menor que 10. ¿Qué implicaciones tiene la evaluación?

La evaluación constituye uno de los problemas fundamentales en la educación institucionalizada, ya que tradicionalmente se ha considerado en última instancia en relación con el producto final expresado en la calificación. La evaluación ha sido utilizada como instrumento de control ideológico a lo largo del tiempo.[1] En correspondencia con los regímenes de producción, el concepto de educación y en particular el de evaluación ha ido variando. Desde el comunismo primitivo en donde la "educación era para la vida, por medio de la vida"[2] y la evaluación se daba en el sentido de retroalimentar, corregir errores en el momento en que eran cometidos para superarlos, hasta los inicios del capitalismo, en donde la escuela se "populariza" y se encuentra en ella un medio de control.

Jonathan Swifft, autor de los Viajes de Gulliver, escribió "Una Modesta Propuesta"[3], con el fin de que se terminara con la pobreza entonces reinante. En resumen, proponía de manera irónica, que los hijos de los pobres se convertían en una carga social, por lo que era mejor, venderlos a los ricos cuando eran pequeños, para que los cocinaran en estofado y los sirvieran en sus elegantes banquetes. Esta propuesta, por supuesto, no tuvo eco y en cambio la que recibió toda la aceptación de la burguesía de entonces, fue la de "meter a los niños a las escuelas, dejarles crecer, mecanizarles la mente y con una mente mecanizada, al egresar, podrían ser fácilmente explotables en las fábricas". En el proceso de mecanizar la mente, la calificación ha desempeñado un papel muy importante.

La cultura de la imprenta, las necesidades económicas y de producción originaron la expansión de la escuela durante los años que siguieron a la revolución industrial y tuvieron acceso a ella personas de todas las clases sociales. Pero ese fue el problema. No se suponía que la asistencia a la escuela fuera para aprender en el sentido integral en el que se está considerando aquí, sino que el propósito era el aprobar grados, convirtiéndose ello en agente de selección social. La calificación y la reprobación como medio discriminatorio, explicativo y justificativo de la ubicación en la producción y el estatus social, se hicieron indispensables. "La reprobación enmascara causas de ubicación personal en la división del trabajo"[4]

En nuestro sistema educativo, la evaluación alude desde el punto de vista personal, a la autoimagen y a la imagen que se proyecta ante los demás; y en lo social, a la autoimagen que los padres se forman de sí mismos con base al desempeño de los hijos, la imagen entre los hijos y la ubicación explicativa  en el sistema productivo. En la educación básica, cuando el niño y el adolescente están formando su autoimagen y autoestima, los sistemas de evaluación que tradicionalmente se adoptan en las escuelas, remarcan la devaloración, el temor al error y la aceptación de la mediocridad[5].  Al final de cuentas, la evaluación se centra en el resultado final aprobatorio; no importa el aprendizaje, importa aprobar, con cualquier calificación, obtenida de cualquier manera.

La reprobación es enfocada como un factor de eliminación escolar  a través del cual, el sistema económico - político dominante legitima el lugar que los individuos ocupan en el régimen de producción, con efectos negativos en la sociedad, la familia y el actualizante, creándose graves situaciones de desperdicio económico, rechazo social y problemas psicológicos.[6] En la escuela secundaria, el problema se agudiza, sobre todo en el segundo grado en la asignatura de matemáticas[7] lo que se continúa en la educación media superior y posteriormente se ve reflejado en la actualización del magisterio, cuando se intenta alentar a los docentes para que sólo asisten a los cursos y eventos de actualización para obtener la constancia o diploma que los acredite ante el escalafón.

La evaluación supone un proceso de retroalimentación del sistema educativo, de las instituciones, el medio ambiente, la familia, escuela - actualizador - estudiante - proceso de enseñar y aprender y de cómo los recursos están influyendo en todo ese sistema. Sin desconocer este valor, aquí se centrará la atención en la evaluación del aprendizaje, del currículum e institucional.

La evaluación del aprendizaje en la teoría de la información

- El maestro está loco, me puso 7. ¿Cómo puede meterse en mi cabecita y menos en mi cerebro para saber lo que yo se?[8]- decía con enojo y sorpresa un niño de siete años que observé a la salida de su escuela. A su tierna edad, ya se cuestionaba el proceso de evaluación. ¿En qué consiste la evaluación?

Múltiples paradigmas psicopedagógicos dan cuenta del concepto de evaluación, como la conductista que la señala como la medida del logro de objetivos previamente fijados; la escuela tradicional que la concibe como la repetición memorística y verificación de la imitación de modelos; en el paradigma del aprendizaje acumulativo se habla de la evaluación como un cambio comportamental relativamente persistente; para el humanismo la evaluación se enfoca a la autoevaluación y autocrítica mientras que la perspectiva cibernética, la de proceso de información, los métodos coactivos y el constructivismo hablan de retroalimentación, autorregulación y regulación.

Revisemos la postura de la teoría de la información respecto a la evaluación. Se considera que el aprendizaje, como ya se ha mencionado, es un proceso dialéctico, continuo, que se realiza a niveles neurológicos e implica acciones de investigación, propuesta y evaluación de hipótesis, procesamiento de información y cambios en la manifestación de la conducta que permiten la exploración y participación consciente en la vida. Esto implica la continua equilibración, retroalimentación y autorregulación de sistemas en los que se procesa ininterrumpidamente información.

Mientras la entropía constituye la "medida del desorden" en un sistema determinado, la entropía negativa o cantidad de información se relaciona con la medida del orden. A mayor información, los sistemas se vuelven más "ordenados", pues existe mayor probabilidad de identificar las relaciones que se establecen entre sus componentes en un momento dado y los procesos de equilibración son efectuados con mayor eficiencia.

En el aprendizaje, se integran continuamente sistemas de información, ya que al aprender se está introduciendo y procesando una cantidad de información en niveles neurológicos, lo que permite la modificación de conductas o de estados, que van desde cierta capacidad, habilidad y aptitud, a otra de la misma clase, pero diferenciadas por el nivel de probabilidad de logro de estructuración.

La evaluación en el marco de la teoría de la información supone:[9]

a) La existencia de un sistema inicial (Q1), en el cual se efectúa el diagnóstico del estado en el que se encuentra la disponibilidad para el aprendizaje y su grado de evolución. Se plantea también como la determinación de la probabilidad del logro de determinados objetivos x11, x12,     x13 ... x1n.

La cantidad de información contenida en el sistema en relación con el conjunto X1 de probabilidades del logro de objetivos, se cuantifica como:

              S(Q1/X1) =           k = 1.38 x 1016

b) El sistema, varía al  introducir en él nueva información que de alguna manera es procesada, provocando cambios en el estado inicial. Esta variación es continua, por lo que se van produciendo sistemas diferentes al inicial, con distintas probabilidades de éxito en el aprendizaje.

                         

c) Se valora en un momento dado el sistema Qm al que se llegó por los cambios producidos por el procesamiento de la información, observándose el comportamiento y el estado de las probabilidades de xm1, xm2, xm3 ... xmn.

  S(Qm/Xm) =           k = 1.38 x 1016

d) Se determina el diferencial de probabilidades de logro de objetivos entre el sistema final Qm y el inicial Q1, lo que indica la cantidad de información procesada por el sistema en su paso de Q1 a Qm.

                          I = S(Qm/Xm) - S(Q1/X1)

e) Se contrastan las pixmn con cada pix1n correspondiente, para introducir nueva información que permita la autorregulación, el equilibrio aceptable en cada una de ellas y se abra el flujo para su salto a otras cualidades (estructuraciones de nuevos conceptos, en otros sistemas).   

 

Esquemáticamente se puede representar como:

 

 

                                            

Cuadro 6.1  Evaluación como proceso

 

La evaluación del aprendizaje en una didáctica de la actualización

De manera específica, de acuerdo con las teorías constructivistas, tanto el estudiante como el profesor son exploradores activos en el proceso de aprendizaje y en todo momento hay una orientación hacia el procesamiento de información y la solución de problemas o situaciones.

Por ello, la evaluación es diagnóstica, retroalimentaria y permanente de la actividad constante del estudiante, quien aprende a su propio ritmo, poniendo en juego, valores, actitudes, emociones, sentimientos, pensamientos y capacidades importantes y cuya manifestación de cambios de conducta en interrelación con el aprendizaje adquirido, no se da de manera aislada en pruebas o preguntas elaboradas exprofeso, sino de manera dialéctica, en interrelación con otros aprendizajes y en los momentos en que ellos son requeridos en el campo estructurante de la acción - reflexión.

Bajo estos supuestos y los de la teoría de la información, se presentan las siguientes consideraciones.

Imposibilidad de evaluar el aprendizaje a nivel neurológico o cuántico: si el aprendizaje se realiza a niveles neurológicos, en los que se debe dar la variación en las estructuras celulares, por la información llevada a través de las percepciones, la estimulación mental realizada en la interacción con el medio y su procesamiento en el sistema nervioso, cabe suponer, hasta el momento, la imposibilidad de contar con aparatos o tecnologías que permitan medir el estado inicial del conjunto celular involucrado en el proceso, así como su diferencial. Si se supone además, que existen aprendizajes en los que se involucra el sistema endocrinológico e inmunológico, la situación es aun más difícil. En general, si el aprendizaje se relaciona con fenómenos y comportamientos de la energía y la información en niveles cuánticos, por la ley de incertidumbre, su medida sería imposible.

Mientras se siga suponiendo que una prueba o un conjunto de observaciones son suficientes para evaluar, se estará desconociendo que el aprendizaje supone una serie de estructuraciones neurológicas y cuánticas, que harán que lo aprendido se manifieste en diferentes situaciones y tiempos, quizá muy distintos en los que se hizo el intento de evaluar.[10]

Por otro lado, “Difícilmente podemos asegurar si el desempeño de los estudiantes es el resultado del programa educativo o de su interacción con otras variables de contexto”. Esto es, el aprendizaje, no se da de manera exclusiva dentro del aula y la influencia de factores escolares, familiares, sociales y de contacto con diversos medios influyen para que de manera dialéctica se procese información a cada momento de la vida.

Es innecesario otorgar calificaciones. Es necesario corregir errores y aprender más: si la evaluación se relaciona con procesos de diagnóstico, retroalimentación, autorregulación y reestructuración, determinar la cantidad de información solamente tiene un valor indicativo para que el sistema se vea enriquecido con nueva información, pero no constituye un fin, ni tiene valor en sí misma.

En la escuela se supone que la calificación representa el estado del sistema Qm, pero además de que no se calcula S(Qm/Xm)  mediante los procedimientos y fórmulas que lleven a estimar la cantidad de información introducida, las calificaciones que se otorgan son arbitrarias, dadas en escala absoluta, en la que no hay comparación entre el 8 sacado por un actualizante en matemáticas con el 8 sacado por él mismo en física y menos aun con el 8 obtenido por otro actualizante del mismo o de diferente grupo, institución o modalidad.

Ya se mencionó el papel de control ideológico y las implicaciones sociales y psicológicas negativas que conllevan las calificaciones, lo que unido a su inoperancia dentro del proceso evaluativo del aprendizaje, lleva a proponer su eliminación y su sustitución por perfiles de evaluación que en la actualización del magisterio tendrían la finalidad de:

- Valorar el nivel de profundidad en la comprensión, en el manejo operativo y en la capacidad de aplicación del tema en estudio. No valen los promedios ni las comparaciones con otros actualizantes. El aprendizaje es un fenómeno individual que se da en y para la sociedad, pero no en competencia con ella.

- Utilizar el reporte de los perfiles de evaluación, para proponer recursos de retroalimentación para el aprendizaje de cada tema, de manera que se logre un nivel satisfactorio de profundidad. Cada actualizante ha de hacerse responsable de alcanzar niveles superiores en la profundidad del manejo de los temas y no aceptar la mediocridad. Los errores se corrigen, se aprende de ellos y se superan.

- Hacer un seguimiento de la forma como varía el nivel de profundidad del aprendizaje de cada tema. El aprendizaje de un tema, no se da de una vez y para siempre, sino implica procesos de autorregulación que se integran con otros aprendizajes y experiencias. No responder bien a una pregunta en un momento determinado, no significa que no se haya aprendido sobre su contenido y es muy posible, que se manifieste en otra conducta. Por ello, el seguimiento ha de ser permanente.

- Evaluar cada actividad dando a conocer los errores, sugerencias, observaciones de manera inmediata. Se incluyen las actividades personales, las de equipo y las del grupo. Se lleva un control una a una de las actividades realizadas por cada actualizante. 

En dichos perfiles, al término de un periodo, se especificaría para cada tema en estudio, el nivel de comprensión del concepto, del manejo operativo y la aptitud para sus aplicaciones, así como las actividades sugeridas para la recuperación y retroalimentación en cada punto. Al final del curso, después de solicitar que no haya rezago en ningún aspecto y de dar la posibilidad de que las gráficas varíen con el tiempo y con las actividades de recuperación, se otorgaría la aprobación.

La integración del perfil de evaluación consideraría:

a) Los resultados de las actividades diarias.

b) Consideraciones sobre los ejes de desarrollo: conocimientos, habilidades, atención a la diversidad, creatividad, valores, actitudes y decisiones.

c) La integración de la memoria, libro o cuaderno del curso.

d) La participación en actividades de investigación, construcción, organización, etc., en las que se haga manifiesta la verdadera solución de problemas.

e) La solución de exámenes y ejercicios de diferente tipo y en distintas modalidades, según el contenido del curso o evento actualizador.

f) Observaciones sobre la forma en que el actualizante puso en juego estrategias para la solución de problemas, búsqueda de información, desarrollo de proyectos, comunicación,

g) Participación en la red de conocimiento y colaboración local, nacional e internacional.

h) Escalas estimativas sobre rasgos particulares a considerar en el aprendizaje de cada tema.

i) Aplicaciones específicas en la transformación de la práctica docente de los actualizantes...

Estos perfiles, junto con la memoria del curso y de los trabajos efectuados serían útiles para observar cómo varían los indicadores de aprendizaje y para establecer la comunicación mundial a través de Internet.

Para retroalimentar, recuperar o regular la calidad en las actividades, de manera que se aseguren aprendizajes significativos, en cada actividad o conjunto de actividades se puede prever la consulta individualizada con el asesor, ya sea de manera presencial o a distancia, consulta y análisis con los compañeros de equipo o de Red de conocimiento y colaboración; consulta a otras fuentes de información en Internet o bibliográficas, etc. Se ha de considerar que los actualizantes avanzados requieren mayores apoyos para poder continuar; el proceso de aprendizaje es infinito y no se detiene porque el actualizante sacó 10. Hay que estimular a quienes  tienen la posibilidad de continuar profundizando.

 

Evaluación del aprendizaje y actitudes

A manera de reflexión, reconozco que esta propuesta de evaluación del aprendizaje durante la actualización, implica la conscientización de la sociedad, el sistema educativo, el actualizador y el actualizante sobre la necesidad de formar nuevos ciudadanos, que puedan encarar con competitividad los retos del siglo XXI. Entre muchas cuestiones, hay que diferenciar entre la competencia y la competitividad, entendiendo la primera como la actitud por sobresalir en las calificaciones, unos a costa de otros, sin importar métodos, hacer uso de estimulantes, oraciones a Dios por sacar el 10, copia, etc., mientras que la segunda implica la capacidad para realizar alguna tarea, de la mejor manera posible, con base en los aprendizajes adquiridos. La competencia conduce a la formación de autoimágenes vanidosas o deterioradas. La competitividad nos enfrenta con nuestras posibilidades reales, de superación de frustración, a la corrección de errores y a la búsqueda de la excelencia.

A través de la evaluación, el actualizante debería ir formándose la autoimagen del poder. El saber que los errores tienen que ser corregidos, que las metas tienen que lograrse, que la misión tiene que concluirse, que la calidad de nuestro trabajo nos representa como personas y como grupo, que el aprendizaje tiene una función de superación personal y de proyección social, han de llevar a la satisfacción del deber cumplido, de la meta lograda con entusiasmo y autorrealización. La autodisciplina, el mejoramiento de la autoestima, la autoevaluación y el gusto por el quehacer científico y por la vida, debieran ser actitudes que la evaluación fomentara.

Se está consciente de que dadas las condiciones ideológicas, políticas, administrativas, de gran cantidad de actualizantes que atender, de tiempos limitados para la atención a los grupos, la falta de preparación en evaluación de una buena parte de profesores, pedagogos y directivos, la generalización de esta propuesta suena utópica, pero existe el convencimiento de que podría significar un paso para evitar que la calificación siga constituyendo el fin de la evaluación, el arma de control disciplinario e ideológico, la justificación social de la estratificación económica, el motivo de angustia y devaloración de los estudiantes y el distractor principal en el logro de aprendizajes significativos. ¿Qué opina y qué propone el lector?

 

 

EVALUACIÓN Y TECNOLOGÍA

 

La tecnología brinda apoyo al proceso de evaluación de diferentes maneras y de acuerdo con la visión que se tenga de ella. Por ejemplo, sólo para hacer exámenes, en la Universidad Pedagógica Nacional, el Profr. Rogelio Orozco Becerra, ha diseñado un programa en Pascal para que con pocas líneas de código, sea posible generar pruebas. Por su parte, en la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, se ha elaborado un sistema generador de exámenes, que además de permitir que se introduzca una base de reactivos, la que clasifica, ordena, produce pruebas con las características solicitadas respecto a tema, nivel, profundidad, da la oportunidad de leer los exámenes, calificarlos, obtener gráficas y hacer análisis de respuestas. Y así se puede continuar enumerando distintos proyectos nacionales e internacionales al respecto.

 

Pero sin lugar a duda, el principal apoyo que brindan las tecnologías de la información a la evaluación, no se centra en la elaboración o revisión de exámenes, sino en la posibilidad de apoyar proyectos de planeación, investigación, docencia, extensión y difusión, administración y de proporcionar herramientas para la solución de problemas. Es en este sentido, que al no restringirse la evaluación a la calificación de exámenes, la informática puede permitir el seguir paso a paso, corrigiendo y orientando la actividad de aprendizaje.

 

 

UN MODELO DE EVALUACIÓN ORIENTADO A LA TOMA DE DECISIONES PARA LA INNOVACIÓN ACTUALIZADORA

 

Cuando he concluido un curso, un evento, un diplomado o un proyecto actualizador generalmente he promovido una reunión de conclusiones en donde entrego el resumen de la evaluación realizada de manera que se abran cursos de acción y mejoras para los siguientes eventos. Desde la encuesta de opinión, los comentarios abiertos, el cuestionario de opción múltiple, el análisis personal y grupal, etc., han sido utilizados según las circunstancias. De todo ello, pude abstraer algunos indicadores que para mí no pueden faltar en la evaluación que se dirige a la toma de decisiones para mejorar e innovar diseños instruccionales, curriculares o institucionales y dio la coincidencia que después de analizar diferentes modelos[11], lo que yo pretendía quedaba muy bien enmarcado por el modelo de evaluación de Stufflebeam.[12] que "permite identificar, obtener y proporcionar información relevante y descriptiva acerca del valor y mérito de las metas, la planificación, la realización y el impacto de un objeto determinado, con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados"

La decisión de seleccionar este modelo, se justificó porque la metodología constructiva y participativa unida a la investigación – acción que se proponen en el paradigma humanista - integrador como sustento teórico, requieren que la evaluación aporte elementos para regular, retroalimentar y tomar decisiones que permitan la continua mejora y la innovación de los servicios prestados. Bajo este modelo, el diseño comprende cuatro tipos de evaluación que en relación específica con el programa, proyecto o curso a evaluar pueden ser ajustados a los siguientes aspectos:

Evaluación del contexto que conduce a decisiones sobre planeación, el diagnóstico, la definición de metas y la disponibilidad de recursos.

Evaluación de entrada: que comprende la estructura y organización,  relacionada con las decisiones de diseño académico y operativo en las que se expresan las estrategias de programas, la planificación de procedimientos y los programas o diseños curriculares.

Evaluación del proceso que implica decisiones sobre el  desarrollo de las líneas señaladas en el Programa, proyecto o curso y el rendimiento académico de actualizantes y el papel de los actualizadores.

Evaluación del producto que implica la identificación de los resultados en relación con los objetivos y la información proporcionada en el contexto, por la entrada de datos y por el proceso, interpretando su valor y su mérito.

Evaluación del impacto[13] que conlleva a decisiones de ajustes de los perfiles de egreso en relación con los profesionales y con la modificación de la práctica educativa de los actualizantes- actualizadores.

Evaluación de propuestas de ajustes[14] y/o reestructuración que conduce a decisiones sobre reportes de resultados y retroalimentación, con orientación a la innovación.

Desde 1998 he aplicado este modelo y me ha funcionado para cursos como el de Introducción de las tecnologías computacionales en el aprendizaje de la matemática, el curso modular de Educación para los Medios y Nuevas Tecnologías, el Programa Académico de Informática Educativa en la Formación y Actualización del Magisterio en el D.F., el Diplomado Nacional para la Formación de Cuadros en la Integración de las Tecnologías en la Educación[15]...

La propuesta queda planteada: desde la planeación de cualquier curso, evento, diplomado, programa, servicio, etc., de actualización, se ha de iniciar la evaluación y sostenerse a lo largo del proceso, los productos, el impacto y las propuestas de ajustes que permitan innovarlos en cada ocasión que se desarrollen. ¿Qué propone el lector al respecto?

 

 

En síntesis, la evaluación ha de permitir la toma de decisiones para regular y mejorar los procesos de actualización en todos sus momentos, en el contexto, la entrada, el proceso, los productos, el impacto y los ajustes que conlleven la continua innovación.

 

 

CAPÍTULO IX  ¿Y qué de la evaluación?


 

[1] CHÁVEZ CAMPOS, Blanca Margarita (1985) Cita a George Snyders quien afirma que "la escuela tiene prevista la reprobación como medio para justificar las clases sociales". En Estudios sobre reprobación. México: ENM.

[2] PONCE, Aníbal. (1974) Educación y lucha de clases. México: Cartago.

[3] SWIFFT, Jonathan. (1989) Una modesta propuesta. En Obras de Jonathan Swift. Argentina: Era.

[4] CHÁVEZ  (1985) op. cit.

[5] CHÁVEZ (1985) op. cit.

[6] CHÁVEZ (1985) op.cit.

[7] VALDEZ COIRO, Eréndira (1991) El rendimiento escolar en los alumnos de secundaria en la asignatura de matemáticas y su relación con las actitudes que ellos manifiestan hacia esta materia de estudio. Tesis. México: ENSM.

[8] CAMPOS, Yolanda. (1990) Experiencias en el aula.. Anexo de la tesis Propuesta de una didáctica integradora de la matemática, con computación para la educación básica mexicana. México: ENSM

[9] BRILLOUIN, León. (1969) La información y la incertidumbre en la ciencia. México: UNAM.

[10] CAMPOS (1990) op. cit.

[11] En GARCÍA AGUILAR, Alma O. Taller: Evaluación institucional de Centros Educativos. Antología. México: ILCE.

[12] STUFFLEBEAM: La evaluación orientada hacia el perfeccionamiento. En:  STUFFLEBEAM, D y A. SHINKFIELD (1995) Evaluación sistemática. España: Paidós.

[13] Aunque en el modelo de Stufflebean no se explicita esta evaluación es muy importante, ya que a partir de ella, se podrán valorar si el contexto, la estructura, los procesos y los productos tuvieron influencia en la transformación de la realidad y de los usuarios a los que se pretendió servir.

[14] El modelo de Stufflebean no explicita esta evaluación, sin embargo, también es pertinente.

[15] Cada uno de estos cursos y programas contó con sus propias variables y reportes, según se presentan en:

CAMPOS, Yolanda, et. Al (1999) Educación para los medios y nuevas tecnologías. Evaluación curricular. México: DGENAMDF

CAMPOS, Yolanda.(1999) Un modelo de evaluación orientado a la toma de decisiones y a la innovación. El caso del Programa Académico de Informática Educativa en la Educación Normal y Actualización del Magisterio en el D.F., México: DGENAMDF

CAMPOS, Yolanda. (2000) Un modelo para la evaluación de diplomados. Caso Formación de Líderes de Proyectos de Informática. México: DGENAMDF.